viernes, 27 de diciembre de 2013

Soga

Si he podido terminar colgado aquí es porque en mi oficio, el mismo al que traicioné, nunca se debe menospreciar la fuerza de lo nimio. Si esta primitiva soga puede sostener mi cuerpo es porque el mayor peso que cargaba ha volado ya de él. Estábamos en el mismo lado, sí, en el equivocado, y por eso pudo parecer inútil querer traspasar a cuchilladas el parapeto que en él nos mantenía. Sin embargo, ahora que un frío y aséptico guante de látex certifica mi liberación definitiva de esta mugrosa celda es cuando sé que ya he alcanzado el otro lado, ese desde el que sí seré capaz de escupir en tu conciencia hasta pudrirla.

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