miércoles, 31 de diciembre de 2014

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Dicen

Dicen que no entiendo porque no salgo en sus cuentas. Dicen que no entiendo porque no caso con sus frases. Dicen que no entiendo porque mi naturaleza no cabe en su geografía. Dicen, dicen, siguen diciendo y yo les digo que no me hace falta entender, porque yo sé que comprendo. Comprendo que haya quien desde hace años escogiera navidades negras. Comprendo cuando me miran unos ojos nacidos al final de la tierra. Comprendo la dureza de unas almas más tiernas que mi nombre. Comprendo cuando sus manos se ponen en sus mejillas porque a veces necesita un paraguas con el que proteger su sonrisa. Comprendo cuánto vale un sobresaliente en generosidad, sobre todo cuando proviene de licenciados en cariño. Comprendo que su piel es blanca porque está hecha de azul del cielo y tonos de verde esperanza con los que dar una mano al silencio. Y comprendo que despejarán la ecuación con el viento de su fuerza.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

En medio de la nada

Querida Miriam:
Te escribo otra carta que, como las anteriores, no sé si será la última. En realidad aquí nunca sabes cuándo será lo último de nada, porque todos suponemos que el final está infiltrado entre nuestras tropas, aunque solo algunos tienen la desgracia de desenmascararlo. Ya sé que apenas tienes edad para balbucear y que aún tardarás en aprender a leer. Sin embargo, somos lo que hacemos, y decir y escribir también es hacer. Si no regreso, nunca sabré cómo me imaginarás, así que al menos quiero dejarte estas palabras para ayudarte a que traces parte de mi perfil mientras mi mente te esculpe en silencio. En realidad no tengo nada más que dejarte, ya que, si muero antes de volver, no creo ni siquiera que os llegue una mota de las cenizas que conformarán ese cuerpo derruido en el que me habré convertido.
Nunca he aspirado a ser un buen narrador, y ni siquiera si lo fuera podría contarte novedades sustanciales con respecto a mis cartas anteriores. Aquí, incluso en los días en los que hay más acción y movimiento, la nada termina por devorarlo todo. Paradójicamente, ese parece ser nuestro objetivo y el de quienes pelean contra nosotros: conseguir que la nada termine imponiéndose a todo.
A veces pienso que, en algunas cosas, vivimos una vida en la que experimentamos sensaciones parecidas. El dolor, el hambre, el frío… ambos nos hemos visto obligados a convivir con ello al habernos encontrado de buenas a primeras en un entorno muy distinto a aquel que nos otorgaba una placidez envidiable solo unos meses atrás. La diferencia entre nuestras hambres, nuestros dolores y nuestros fríos es que, si me lo permites, los míos se ven agudizados por el peso de lo incomprensible. Tú aún tardarás en reconocerlo, pero aquí los que dan órdenes desde cuarteles protegidos y los que las ejecutamos entre barro, sangre y alambre de espino solo nos diferenciamos en los años que se tienen ahorrados en el zurrón de los párpados.
Por eso te escribo, porque aquí la recompensa no es la victoria sino el tiempo, ese que, si consigo volver, emplearé en demostrarte que esto no sirve para nada, que solo vivir sirve para algo, que si muero nunca aceptes que digan que fui un héroe, como tampoco quiero que lo admitas si logro sobrevivir. En la guerra no se es víctima, ni mártir ni verdugo, porque en el momento en el que te atrapa comienzas a no ser nada. Ojalá te pueda ver crecer pero, si eso no sucede, solo te ruego una cosa: no dejes nunca de ser, Miriam.

(Texto publicado originalmente en el blog de los clubes de lectura organizados por la editorial Playa de Ákaba.)

domingo, 7 de diciembre de 2014

Equinocio

Recuerdos que se funden entre estaciones,
de guion el calendario para no improvisar.
Pasado el fuego, es tiempo de cosechar calor
hasta adaptar nuestra luz a un brillo traicionero.

Vendimiar experiencia apretando la almohada.
Voces más altas que otras trepan por la garganta.
Grabar escenas que van desde la comedia al drama.
Secuencias para llevar a los ojos amarradas.

Tener el mundo a nuestros pies y acariciarlo a patadas.
Retrovisores que nos enseñan la dirección acertada.
Ya sea en un tren que no ve la mañana
o en otro que va al fin de las montañas,
poner el despertador a la hora del futuro,
ser el presente sin que nos despierten.

Medios que comunican el ansia y el alma,
sueños que se visten con fe y con casta.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Tobogán

El infinito es un tobogán con forma de espiral
en el que siempre me pierdo
persiguiendo al pasado.

Por él resbalan las sombras
de tardes que están gestando
calores advenedizos.

El presente, mientras tanto,
se ha vestido de invisible
para huir sin saludarme.

Seguramente nos encontremos
el día que el tiempo tapone
la salida del retorno.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Látigos

Por más fuerte que restallen, sus látigos no dejan de ser de sal, y se disuelven con el golpe antes de que el escozor pueda embestir a la sangre. Las manadas de reproches se desbocan cuando el lazo de algunos razonamientos no puede tensarse más. Al final, corretean desubicados durante un tiempo hasta que la memoria les ofrece una parcela para pacer.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Mansión

Tus costillas son la mansión
donde quiere empadronarse el aire.
Allí formará
una familia feliz
bajo el techo de tu sangre.

Después saldrá a pasear.
Explorará incansable
la tersura de tu aliento,
con el que saltará de la mano
sobre el colchón de tus labios.

Volará, si es preciso,
imantado a tus ojos,
para no acabar secuestrado
por el humo de desidia
exhalado por el suelo.

Cuando creas haberlo perdido,
él remontará el vuelo,
hasta colarse con esmero
en las fosas de tu arrojo
donde se cuece el silencio.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Combustión espontánea

Combustión espontánea.
Las lágrimas se muerden la cola,
la duda sestea libre de vileza
colgada de una respuesta que muere antes de llegar.

¿Dónde estuvo la salvedad?
No paré hasta encontrarla
ni paré cuando no lo hice.

Nadie me indicó cómo poner las manos.
Por eso tú te negaste.
No querías caricias sin manual de instrucciones.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Ascenso

En ese punto en que el silencio llena los ojos, los recuerdos escalan por el filo de la garganta. Clavan sus garras por supervivencia, pues saben que si no llegan a su destino acabarán atrapados en el nudo que un poco más abajo teje continuamente el vacío. Minuto a minuto se hacen fuertes en su lucha contra la razón y el dióxido. Se nutren de proyecciones viciadas, de aberraciones intangibles y de traiciones acordadas como placébico castigo. Para ellos, las lágrimas no descienden, sino que ejercen de sherpas con una firmeza inusitada. La memoria espera calmada en la cima, sabedora de que lo más duro para ellos y para el terreno escalado, habrá pasado cuando la alcancen.

sábado, 25 de octubre de 2014

Una hora de duración

Para ti serán las diez, para mí serán las dos. ¿Qué hora será en ese momento en el cielo? ¿Será la misma que en el infierno? ¿Qué hacen Dios y Satán con esos minutos de más? ¿De verdad la necesitan? ¿Es cierto que les sobra? Y, lo que es más importante, ¿por qué se divierten tanto prestándonos ese tiempo que luego vendrán a robarnos impunemente?

domingo, 19 de octubre de 2014

Vacío

Miro abajo y no sé si el hueco está delante o queda detrás. En este punto, tras tantos años, resulta imposible situar el vacío. Se echa de menos poder ofrecer algo con lo que combatir la nada, en lugar de verse tan atraído por ella. En realidad nada se echa de menos, así, impersonalmente. Echamos de menos. Por eso será un recurso útil que digan que se me echará de menos, aunque nunca llegaré a saber si de verdad habrá sujetos que se quieran hacer cargo de esa acción. 

sábado, 11 de octubre de 2014

La cima

No importa que intentes tenerlo todo controlado, que hayas planeado los detalles del recorrido durante años, que creas tener más fuerza, seguridad y certeza de lo necesario, que sepas dónde tropezaron otros o que sientas tener el antídoto para cualquier obstáculo. Mira a tu alrededor mientras te mueves y disfruta lo que ves, porque la cima siempre irá más rápido que tú. 

domingo, 5 de octubre de 2014

lunes, 22 de septiembre de 2014

Trinchera

Se sorprenden porque seguramente sea el único que sigue esperando que nunca acabe la guerra. Mientras todo el mundo piensa en volver a su casa, yo solo quiero dejarme emboscar por ti, hasta que desmanteles las trincheras de mi alma y consigas deshacer mi vida. Quizá soy demasiado ingenuo para escapar de esta permanente retaguardia. 

domingo, 14 de septiembre de 2014

Sirena del sol naciente

Estrella brillando por encima de lo humano,
leona blanca que pelea con zarpazos de cordura,
los sueños te buscan en mitad de la noche,
cuando solo tu sonrisa puede darles abrigo.

Teñiste mi mirada de belleza
hasta que la torpeza envidiosa sepultó mis ojos
con el fango de la involuntaria inconsciencia
contra la que mi alma se revuelve malherida.

Siempre quedará un rastro del alba
en el candor de esa mirada tan clara,
afanosa por encontrar el cariño
negado por silencios desagradecidos.

Sirena del sol naciente,
bondad divinamente moldeada,
besaste cada hueco de mi alma
hasta hacerme comprender qué es ser valiente.

Ahogado en la penumbra del recuerdo
como una frágil pantera desbocada,
anhelo volver ser ese cartero
que enviaba las sonrisas a tu cara.

lunes, 8 de septiembre de 2014

De nada sirve

De nada sirve explicar lo que no he entendido. De nada sirve tratar de tomar por mentiroso al espejo. De nada sirve patear el minutero. De nada sirve ignorar las cicatrices de lo que estalló entre los dedos. De nada sirve juzgarme con un tribunal sobornado. De nada sirve condenarme y cerrar la llave por fuera. De nada sirve trazar vericuetos que prolonguen el camino al fango. De nada sirve macerar postreras estrategias. Nunca me servirá como tenerte, pero ahora solo me sirve no tenerte.

domingo, 31 de agosto de 2014

Nuestro merecido

Seguramente el verdadero merecimiento se encuentre a medio camino entre lo que consideramos merecer y lo que los demás piensen que tenemos merecido.

domingo, 17 de agosto de 2014

Paréntesis

Es muy raro ver que envuelva su sonrisa en un paréntesis. En esta ocasión lo ha hecho para tratar de concentrarse más en sus pesquisas, con las que intenta encontrar algunos momentos que se conviertan en motivos para reforzar su suposición. Él la mira con esos ojos a los que aún les queda mucho para acabar de derramarse por esa fina cara, y con sus primarios métodos comunicativos intenta recordarle que le devolvió el balón todas las veces que se lo lanzó, que su mano fue el cuenco de sus lágrimas cuando se rozó con la arena del parque, que su voz cuenta los cuentos más bonitos que la de la señora que vive en el ordenador, que sus besos de buenas noches son como esponjitas que limpian la tristeza de su frente o que si no acaricia más su mejilla es porque le da vergüenza no tener unas manos tan suaves como las suyas. Ella tarda en darse cuenta, hasta que el zarandeo del tren hace que se deshaga del paréntesis que enclaustraba su sonrisa y entienda, por fin, lo que aquellos ojos diminutos querían decirle.

lunes, 11 de agosto de 2014

Cuello enrojecido

Ha conseguido llegar a tiempo a la estación a pesar del tráfico, que no tiene vacaciones ni en agosto. Tras unas vueltas y varias consultas a carteles a veces contradictorios, ha conseguido encontrar la puerta por la que saldrá. Después de cerca de diez minutos, en los que decenas de rostros importantes para otros se han desenfocado ante él, la ha visto. Viene medio cojeando por el efecto de una ampolla en su pie izquierdo, con el cuello enrojecido por el exceso de sol y unas blanquecinas tiras delatoras del bikini. Menos pronunciadas que otras veces, sus ojeras han vuelto con ella, algo que no parecen haber hecho las gafas de sol en vista del gesto arrugado que trae para que no le molesten los reflejos de la recargadísima iluminación en sus ojos. En ese punto, nada le reprime sus ganas de correr hacia ella, quien le mira con gran extrañeza ante ese gesto. Lo que ella no entiende es que donde otros verían una princesa, una diosa o un hada, él ve un cuello enrojecido, unas tiras blanquecinas, unas ojeras y un gesto arrugado. Y es lo que más le gusta en el mundo. 

lunes, 4 de agosto de 2014

El ciclo del agua

No dejamos que se desparrame por el suelo ni que la absorba la tierra sedienta. La acumulamos con ansía primitiva, en las bolsas que el tiempo va agrandando sin piedad bajo nuestros ojos. Sabemos que somos ella y por eso somos tan reacios a escaparnos de nosotros mismos. Abarcamos cuanto podemos en las calas que talla el tiempo y adiestra la vida, como si el escozor en su brote lo produjeran afilados diamantes en lugar de la salada impotencia. Sin embargo, a pesar de toda esa lucha, la debilidad nos recuerda de cuando en cuando que no podemos frenar el ciclo. Los ojos solo responden a su lugar en la cadena, después de que los dientes apretados, los puños cerrados, la garganta encogida y el corazón desbocada hayan dicho basta. Y fluye el agua, y nos escuece, y nos reseca las mejillas, y anega nuestros anhelos, y limpia el camino de una necesidad irrechazable, y las gotas caen… Y, con el tiempo, reconocemos la calma que trae el olor a lluvia.  

sábado, 26 de julio de 2014

Compañeros de viaje

Él la veía huir dejando tras de sí el ruido del desprecio inyectado en el motor. Mantuvo su mirada fija hasta que el horizonte acabó de absorber el coche. No quiso taparse los ojos ni agachar la cabeza ni darse la vuelta. Al fin y al cabo, el orgullo se había quedado para darle palmaditas en la espalda.
—No eres mal compañero —pensó—, aunque a veces no debería hacerte caso.

sábado, 19 de julio de 2014

Yemas

Estuve pensando en ensayar algo espontáneo, en encontrar tierra firme a cada salto de línea, en reencarnarme en ese espejo al que le cuentas tus miradas, en vivir apresurado tras cada vuelta de página, en acordonar tus labios con besos para evitar fugas de suspiros, en alquilarme tu alegría por un sueldo de canciones, en construir un oasis de niñez sobre las yemas de tu alma, en ser perpetuo ignorante redimido en tus respuestas, en ver retorcerse al alba en tus pupilas nacientes… En realidad no. En realidad estuve pensando en lo bonito que es confirmarte después de haberte pensado tanto.

sábado, 12 de julio de 2014

Veleta

Te esperaré, como lo hice por ese trozo de viento que acarició la veleta de la clarividencia para guiarme hacia esa sensatez que resultó ser únicamente tuya. 

sábado, 5 de julio de 2014

Llagas

A veces es inevitable notar el escozor producido por las esquirlas de la inmundicia, esas que saltan desde la chatarra que alguien lija con sus torpes manos porque cree estar puliendo un diamante. Esos pequeños fragmentos se clavan y provocan un sangrado inicial desmesuradamente profuso para el verdadero tamaño del rasguño producido. La primera impresión es aterradora, sí. Sin embargo, el tiempo agradece que de cuando en cuando se produzcan esas pequeñas llagas, porque le gusta alimentarse de esas tenues cicatrices para regurgitar después el oxígeno con el que el herido respira profundamente hasta saciarse del oxígeno que le recordará, tarde o temprano, lo nimios e insignificantes que son en realidad esos cortes.

sábado, 28 de junio de 2014

El tapón

Cansado de verse obligado a regalar permanentemente abrazos vacíos a la rosca, el tapón decidió morderla, sin pensar que hay ciertos movimientos para los que no hay vuelta atrás.

domingo, 22 de junio de 2014

Ruinas

El tiempo no tiene mala intención, pero su propia inmensidad conlleva una involuntaria torpeza que lastra, zancadillea, empuja y escupe, dejando a su paso un rastro permanente de ruinas. Postrarnos de rodillas sobre ellas y tratar de rescatarlas con nuestras propias manos no sirve sino para acrecentar las magulladuras que pretenden refrescarse vanamente con el agua salada de la rabia. Saber darles la espalda, abandonarlas en el punto preciso, observarlas con frialdad e imaginar lo que brotará una vez desechados los escombros es un reto constante del que no debemos renegar jamás. Quien duerme sobre las ruinas acaba formando parte de ellas. Quien sueña alrededor de ellas se acaba sobreponiendo.

lunes, 9 de junio de 2014

Paradoja

Sin que merezca demasiado la pena plantearse por qué, a veces la paradoja se manifiesta con una vehemencia sorprendente. Las esperanzas que apenas comienzan a germinar observan cautelosas cómo no muy lejos de allí los muros de los mitos son impíamente demolidos por martilleantes errores clamorosos. Las razones, las circunstancias, las consecuencias y las culpas se pelean por rapiñar lo poco que casi siempre queda entre los escombros. Acepto los golpes de timón, las reflexiones, la desesperación y el olvido, pero nada más que eso. La vida no es nueva ni vieja. Y solo es mía.

viernes, 30 de mayo de 2014

Bisagras

Solo nos percatamos de la existencia de bisagras cuando emiten un chirrido molesto o cuando nos pillamos los dedos con ellas. Si no hay problemas, si funcionan, se vuelven invisibles mientras se encargan de cargar y regular el peso de los elementos en transición a los que están inexorablemente unidos. La falta de fluidez en su movimiento o el inconsistente encaje de sus piezas son llamadas de atención tan útiles puntualmente como vanas pasado un tiempo. El largo plazo no tiene bisagras porque es una bisagra en sí mismo. Es la más trabajadora, consistente, tenaz, silenciosa, discreta y sufrida conjunción que existe, conformada a base de manos, palabras, abrazos, lágrimas, dientes apretados, toses, temblores de frío y cabezas gachas para soportar los bruscos vaivenes a los que vive abocado el inabarcable peso de nuestra existencia.

lunes, 26 de mayo de 2014

Noches gemelas

Mientras los viejos edificios son derruidos por vendavales de aire fresco y sus restos se depositan sobre sus podridos cimientos, yo solo puedo recordar aquella noche, gemela de esta, en la que ese impulso que acabé por marchitar te empujó a acordarte de mí.

viernes, 23 de mayo de 2014

Kilómetros

Un reguero de kilómetros se iba derramando tras ellos, trazando las líneas de un pentagrama perpendicular, oblicuo, tensado e intermitente, aunque altamente preciso. La intersección de dos mundos tan reales como ficticios conformaba una informe marejada eólica en la que eclosionaban pensamientos y recuerdos. Mientras tanto, sin apenas darse cuenta, estaban tejiendo los irrompibles eslabones de sus vidas.

lunes, 12 de mayo de 2014

Deletreando el asco

Mi mano siente pero no lo siente. Mi pecho descifra la circunstancia sin comprender el contexto. Mis ojos se arrepienten mientras los dientes rebañan un vacío atragantado. Mis pies me anclan a un tobogán inevitable. Mis oídos intuyen cientos de voces jaleando el desastre sin la instintiva ignorancia con la que yo, al menos, podré intentar protegerme.

viernes, 9 de mayo de 2014

Redil

Están en esa edad en la que una rebeldía de origen desconocido comienza a pasearse por su sangre y les empuja a querer diferenciarse, a copiar elementos de otros individuos para hacer con ellos una mezcla única con la que definirse e identificarse. Se mueven en grupo porque las circunstancias suponen un redil infranqueable, y nunca imaginarían que esa colectividad impuesta sería la que les otorgaría una importancia inesperada. Solos, solas, nada habrían sido, pero eso a la desgracia no le importa, porque salta de un cuerpo a otro para recordarles que, a pesar de lo que piense el mundo que les observa, seguirán siendo nada para siempre.

lunes, 5 de mayo de 2014

Generación Subway


Los que hace unos años salimos de pequeñas ciudades en las que apenas había unas líneas de autobuses urbanos y nos encontramos de lleno con grandes ciudades en las que el suburbano era un compañero imprescindible pertenecemos inevitablemente a la Generación Subway. A la Generación Metro. A la Generación U-Bahn. A ese grupo de gente que soñaba con que la boca de metro de la estación de llegada nos exhalara con tanta fuerza como para incrustarnos en el destino anhelado.
Con el tiempo descubrimos que no nos exhaló, ni siquiera nos escupió ni se molestó en vomitarnos. La boca de metro era un elemento más del entorno adornado constantemente por voraces cambios a su alrededor, pero que era tan pétreo como las escaleras por las que nos sumergíamos en sus desalmados intestinos. (Continuará.)

viernes, 2 de mayo de 2014

Indolentes

Somos indolentes porque el reto se termina al cruzar la línea. Participar colma nuestra ambición hasta sedarla. Conocemos contrariedades, no problemas. Siempre hemos vivido en el medio del cuadrilátero, sin haber necesitado jamás apoyar los hombros en las cuerdas. El olvido es para nosotros un ejercicio automático que no supone ningún esfuerzo. Nadie nos ha enseñado a distinguir el sabor de los logros. Somos tan indolentes que ni siquiera nos esforzamos por alcanzar la desidia.

lunes, 28 de abril de 2014

El ala izquierda

Hasta que no entiendan que solo sirven las plumas del ala izquierda del ganso no podremos trabajar como se debe. No es por el valor de su escasez, sino por la precisión de su tacto. Mientras tanto, siguen haciendo un acopio avaricioso de plumas que no sirven para nada.

viernes, 25 de abril de 2014

Decimales

Nos hemos acostumbrado a un mundo de unos y ceros. Sus combinaciones exponenciales podrían recubrir toda la existencia hasta abarcarla cuantas veces pudiéramos imaginar. Todos parecemos medir el mundo en unos y ceros. Unos, completos, mayores, llenos de contenido y perfectamente desarrollados. Ceros, vacíos, fracasados, inexistentes sin su par. Apenas hay lugar para la rebeldía que aporta atreverse a poner una coma para reivindicar la transición entre los dos valores dentro de cuyos límites nos quieren subyugar a vivir. La riqueza de ese matiz, ampliable hasta la periodicidad pura, tiene un sabor a pelea al que algunos no estamos dispuestos a renunciar. Larga vida a los decimales.   

lunes, 21 de abril de 2014

Al otro lado

Para sentir que debes cambiar algo en tu trabajo no hace falta que nadie te diga nada, ni siquiera hace falta intuir una mirada de reproche entre tus superiores o tus clientes. De hecho, en este caso no las hay, y puedo afirmarlo sin rubor puesto que tengo tiempo suficiente para escudriñar las inquietas pupilas de cuantos acceden a rodearme en mi jornada laboral. Mi puntualidad, mi pulcritud, mi trato y mi displicencia van más allá de lo acordado con los escrúpulos y, sin embargo, notaba que necesitaba un estímulo para aportar algo de frescura y variedad a mi rutina laboral. Nunca imaginé que un simple cambio de postura supusiera un vuelco tan abrumador. Los centenares de espaldas que he ajusticiado nunca podrán ser tan impactantes como la mirada que acabo de rebanar con el tosco filo de mi hacha.  

viernes, 18 de abril de 2014

Papá Noel

Papá Noel no es gordo, ni viejo, ni se mesa una canosa barba. Papá Noel ha tenido que ampliar sus servicios. La crisis, dicen unos, la deslocalización, comentan otros, las nuevas exigencias del mercado, apuntan ciertos analistas. A Papá Noel le da igual ser Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás. En realidad está viendo un partido de fútbol y no espiándonos para controlar lo que hacemos en cada momento. A Papá Noel no le importa delegar y permitir que otros sean Papá Noel cuando lo estimen necesario. Papá Noel se inmola cada minuto con sus mentiras, pero eso es lo que me hace confirmar que Papá Noel nos quiere.

lunes, 31 de marzo de 2014

Poema para un cepillo de dientes

Tú, que me has llegado tan adentro.
Tú, que has paseado tu cabeza por mis labios.
Tú, que acariciaste cicatrices en mi cielo.
Tú, que has conquistado inaccesibles escenarios.

Tú, que has conocido los desechos de mi vida.
Tú, que te quedaste con las sobras de mis besos.
Tú, que diste a luz a la mejor de mis sonrisas.
Tú, que desterraste alcohol y medicamentos.

Tú, que no das a mi boca opción de tregua.
Tú, que más te agitas cuanto más fuerte te abrazo.
Tú, que te deslizas suavemente por mi lengua.
Tú, que cada noche te refugias en ese vaso.

Tú, que eres tan fiel como será tu sustituto.
Tú, que día y noche siempre me has acompañado.
Tú, que esperas que sea eterno nuestro mundo.
Tú, que solo por la pasta haces tu trabajo.

(Publicado originalmente en el blog de "poemapara".)

viernes, 28 de marzo de 2014

Buhardilla

Quiere subir a su buhardilla pero los pitidos no dejan de sonar. Cree que ya ha dado todas las respuestas, que el volumen se debería atemperar. Sin embargo, los avisos continúan. Mira y remira la pantalla hasta que termina por despreocuparse. Si no han recibido sus señales no tardarán en hacérselo saber. La buhardilla sigue estando a unos pasos, tan lejos que por el camino siempre hay tiempo de soñar que sus paredes están hechas de poesía y que todo el mundo paga la entrada para verlas como si fueran las de un museo. Dice que no tiene casa pero la buhardilla es suya. De ella, de ellos, de sus ellas y de sus ellos y, a veces, también un poco nuestra. 

lunes, 24 de marzo de 2014

Restos

Había colas interminables para ver sus restos mortales durante apenas unos segundos a través de un hermético cristal, mientras unos metros más allá sus restos vitales se desangraban ante la despreocupada mirada de los transeúntes.

viernes, 21 de marzo de 2014

Carteros

Sin que pudieran evitarlo, les dolía cuando la gente hablaba de los correos con semejante ligereza, como si fueran simples entidades incorpóreas pululando en un estado inorgánico. Después de tanto esfuerzo, ellos (quizá solo ellos) eran conscientes de la palpable vigencia de esas cartas tan nuevas. 

lunes, 17 de marzo de 2014

Hotel

Ya puedes pasar horas y horas probando todas las páginas que se te ocurran. No lo encuentras. Destacan imágenes, te cuentan experiencias de dudosa verosimilitud y te bombardean con notas, iconos y opiniones. Los materiales, las zonas, las distancias, los servicios,… Todos se postran a tus pies y ni siquiera así lo encuentras. Al final, aunque te duela, desistes. Aquel hotel invisible ya está borrado de la memoria. 

lunes, 10 de marzo de 2014

El saco

Todo pesaba. Todo crujía. Todo producía un desquiciante traqueteo metálico a cada paso. Todo le provocaba unas terribles punzadas que clavaban su aguijón vértebra a vértebra, desde la primera cervical hasta la última lumbar. Todo le iba empujando hacia abajo, como si la mano invisible de ese todo intentara sumergir su cabeza en el asfalto por el que caminaba. Todo le hacía quejarse y, mientras tanto, no paraba de ir cogiendo todo del suelo e ir echándolo en su saco.

viernes, 7 de marzo de 2014

Espejo

No hay nada de él en la imagen. Sin embargo, se ve completamente reflejado en la fotografía que le enseña el espejo.

lunes, 3 de marzo de 2014

Perpendicular

Algunos creían que levitaba sobre el río, mientras que otros le esperaban en cada una de las dos orillas. Él, sin embargo, les demostró con sus palabras que era de los pocos que saben mantenerse perpendiculares a las corrientes. 

viernes, 28 de febrero de 2014

Pellizcos

Cada nota iba guillotinando sus dedos mientras él sentía todo menos eso. Las yemas se columpiaban inconscientes por las cuerdas y el viento se apoderaba del alma que iban salpicando. Al final, como con todos, solo quedará el aire.

lunes, 24 de febrero de 2014

Hubo

En el fondo hubo amistad vestida de literatura, asesinos jugando a ser hombres, vino con gusto a viaje y cerveza con sabor a mar. Hubo comedia sobre un trasfondo de drama y coincidencias tejidas pacientemente. Hubo una fría noche al calor de la carcajada y almuerzos que no eran ni desayuno ni tampoco comida. Hubo calles repletas de artilugios y vacías de distancia. Hubo días que seguirán siendo presente.

lunes, 17 de febrero de 2014

Piel de mariposa

“Dolor en tus caricias”. No podía quitarse esa frase de la cabeza, ni habría imaginado nunca que la metáfora de esa canción pudiera alcanzar la literalidad. Al verla sentía que era como esos frascos ornamentados con sal de varios colores. Preciosa, sí, pero cualquier roce acabaría por romperla, y el viento se iría llevando ese interior que se deshacía como un mojado terrón del más dulce azúcar. ¿Quién era él para protegerla? ¿Quién era él para liberarla? Él podía ser muchas cosas, pero no era ella. Y ella era mientras iba, poco a poco, dejando de ser.

viernes, 14 de febrero de 2014

Besos

Tus besos no saben a hierro, ni rascan, ni arañan ni manchan. Tus besos no han cambiado de forma. Tus besos nacen en más sitios que en tu boca. Tus besos no van a ser ni mejores ni peores. Tus besos nos van a seguir haciendo mucha falta. Tus besos son carmín, saliva, piel, pupila, risa, palabra, porque tus besos no son tus besos hasta que empiezan a ser nuestros. 

lunes, 10 de febrero de 2014

Espacioso

Los pisos vacíos le incomodaban tanto como los de decoración excesivamente recargada. El rebote de las pisadas sobre las paredes desnudas no dejaba de traerle a la cabeza un desagradable sentimiento, irracionalmente aciago, que ni él ni, por supuesto, el comercial de la agencia inmobiliaria compartían.
—Sigo sin verte convencida. A mí me parece que está en buena zona.
—Como ven, los materiales son excelentes —añadió el trajeado y engominado comercial—, y hay espacio para todo lo que quieran.
—No me importa si entran más o menos muebles —respondió ella, mirando al techo—. Lo que importa es si aquí cabe mi vida.

viernes, 7 de febrero de 2014

lunes, 3 de febrero de 2014

Valor

Crees ver el valor en tus palabras, en tu suficiencia, en el descolgarse de tu mirada a través de mi cuerpo, ese que supones, solo supones, conocer. Piensas que respiras valor con cada bocanada de aire turbio que se cuela por tus irregulares inspiraciones y tus desmedidos jadeos. Sin que nadie te lo discuta ni te lo conceda, te adjudicas el monopolio del valor empleando el inconsistente parapeto de tu arrogancia. Defines cuanto te rodea por el valor que para ti tiene. Yo no veo el valor. No lo veo porque lo llevo dentro.

viernes, 31 de enero de 2014

Grietas

Todo el mundo las llama arrugas. Yo prefiero pensar que son grietas. El tiempo nos va estirando y, como el material es el mismo, acaba por resquebrajarse silenciosamente. Se filtra inevitablemente lo que un día fuimos, sin que nunca lleguemos a estar seguros de si nos sobra o no. Las humedades nos ablandan por fuera y por dentro hasta desconchar las estructuras de cuya firmeza presumíamos tiempo atrás. Por suerte, alguien (quizá nosotros, quizá otras personas) nos avisa del deterioro y nos conmina a una rehabilitación. Una rehabilitación no es una reconstrucción, no se trata de demolernos o de pretender llegar a estar como recién edificados. Se trata de tener la honradez suficiente para dejarse dar manos de cemento, masilla y silicona donde lo necesitamos.

lunes, 20 de enero de 2014

El lado salvaje

Dicen que todos tenemos una parte de nosotros que de repente se rebela porque asegura que necesita aire y empieza a robarnos oxígeno del cerebro. Una mitad que una noche, sin saber muy bien por qué ni por qué en ese momento, se planta sin negociación previa obligando a cargar todo el peso del futuro sobre aquello que todavía se muestra fiel a nuestras intenciones. Siempre pensé que yo nunca llegaría a sentir esa revolución en mi ser, porque creo que ni la he instigado ni la he merecido jamás, pero cuando os veo mirar mi cuerpo yaciendo casi inerte en esta cama, con una bomba de tristeza y rabia reventando a través de vuestras caras, me doy cuenta de que, efectivamente, yo también tengo un lado salvaje.  

lunes, 13 de enero de 2014

Cuarenta segundos

Tienes cuarenta segundos para condensar setenta muertos, dos mil parados o tres mil millones de euros. Las palabras avanzan en dirección contraria y quizá a nadie le importe lo que contengan. Puedes pensar que tus cuarenta segundos valen más que los de la mayoría, pero al final lo que cuenta es que ocupan lo mismo que otros cuarenta segundos. Debes realizar las torsiones necesarias, aunque tiren o duelan, porque no tienes más remedio que adaptarte a esos cuarenta segundos. Y, cuando al final lo consigues, y ese bloque de cuatro decenas se ha agotado, te das cuenta de cuánto anhelas aquellos momentos en los que cuarenta segundos cundían de verdad.

viernes, 10 de enero de 2014

Duele

No os confundáis. No me duelen las hinchazones, ni los pinchazos, ni los desgarros, ni los moratones ni los puntos de sutura. Me duele la inclemencia de mis venas. Me duele que mi asco se derrame por el suelo sin que nadie una sus manos para abarcarlo. Me duele el triunfo de la justicia sin instrucción. Me duelen más vuestras fallidas palabras de comprensión que los insultos que se esconden tras ellas. Y me duele tanto la verdad que veo como la verdad que no alcanzáis a ver.

lunes, 6 de enero de 2014

Regalo

Bajo el envoltorio de estrambótico colorido estaba una caja estrecha, más larga que ancha. Dentro de ella, hundido entre un asfixiante embalaje encontró un objeto que no se encontraba en su lista. Al cogerlo y ponerlo frente a sus ojos sonrió con una felicidad que solo podía producir la inocencia sincera. Aquel espejo era el mejor regalo que jamás se le habría ocurrido pedir. 

viernes, 3 de enero de 2014

Calendario

El dolor de cabeza y la ropa tirada de cualquier manera por el suelo le confirmaron que la noche había existido. Caminó hacia la cocina, y nada más entrar en ella vio el larguirucho calendario colgando en la pared. Decidió dejarlo ahí, inerte, porque ya habían pasado muchos años y el año que viene nunca terminaba de llegar.