Me fascinan las señales. Contemplo una,
la retengo y quiero la siguiente. No sé si están repetidas, o si ya las he
visto antes. Solo quiero señales. Puede parecer extraño, pero te quiero porque
me das señales. Tú lo sabes, y por eso has tratado de darme las tuyas, sin
darte cuenta de que no es que no las entienda, es que no puedo verlas. Ahora
solo veo la línea recta.
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