viernes, 20 de septiembre de 2013

Vueltas

—No tiene sentido seguir dando vueltas. Mejor paramos y buscamos alguien a quien preguntarle.
—De acuerdo.
Ella se quedó esperando mientras él comenzó a caminar hasta que dio con una zona habitada. Se fue cruzando con gente sin que ninguna de las personas le inspirara suficiente confianza para entablar conversación. Después de tres calles, cuando el tráfico se había despejado a su alrededor, miró al frente durante unos segundos y acto seguido arrancó a correr intentando que su sonrisa no le impidiera respirar profundamente. Al llegar, ella tuvo la certeza de que había dado con el camino. Algunos abrazos se entienden muy pronto. 

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