viernes, 4 de octubre de 2013

Láser

La operación estaba durando mucho más de lo habitual y el ánimo de la bella doctora comenzó a flaquear tras sobreponerse al asombro inicial. Volvió a repasar los documentos del diagnóstico que ella misma había emitido la semana anterior. Tanto las dos dioptrías de miopía del ojo derecho como la dioptría y media del ojo izquierdo ya habían sido desterradas de los globos oculares del paciente, pero bajo sus córneas seguía existiendo una insolente mancha. Abatida, la oftalmóloga indicó a su ayudante que procediera al cierre de los puntos porque la operación había concluido. El paciente mantendría el vicio en su mirada.

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