Concédeme la potestad de llenar mis manos
con los fríos charcos donde nadan mis ruinas
y verterlos sobre mi pecho
para alimentar las ascuas
de pasiones mortecinas.
Aplícame la prebenda para esculpir mis pasos
con el filo infranqueable de mi desaliento
y rasgar las nieblas
donde escondí ufano
mis pérdidas suicidas.
Otórgame la excepción que enturbie mis ojos
con la tibia claridad de mis mañanas
y tender las rabias
de sogas infinitas
hasta tejer justicia.
con los fríos charcos donde nadan mis ruinas
y verterlos sobre mi pecho
para alimentar las ascuas
de pasiones mortecinas.
con el filo infranqueable de mi desaliento
y rasgar las nieblas
donde escondí ufano
mis pérdidas suicidas.
con la tibia claridad de mis mañanas
y tender las rabias
de sogas infinitas
hasta tejer justicia.
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