El maquillaje consigue realzar
toda la inmundicia que se clava en tus pómulos.
Tu voz falsamente ahogada
sigue sonando como un podrido canto de sirena.
Esa mirada absurdamente enigmática
apenas encandila a los fieles rastreros.
El discurso estudiadamente plañidero
solo consigue formar charcos de fango ponzoñoso.
Los gestos de ídolo doliente
delatan soberbias latentes.
El ascenso al trono de la vanidad
ahora es un palco privilegiado para ver tu desplome.
toda la inmundicia que se clava en tus pómulos.
Tu voz falsamente ahogada
sigue sonando como un podrido canto de sirena.
apenas encandila a los fieles rastreros.
El discurso estudiadamente plañidero
solo consigue formar charcos de fango ponzoñoso.
delatan soberbias latentes.
El ascenso al trono de la vanidad
ahora es un palco privilegiado para ver tu desplome.
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