Oculta tras la púrpura cencellada
vigila una mirada agonizante
herida por despechos inconscientes
brotados de las fauces de la rutina.
Aguarda a que se enciendan las estrellas
para poder alimentarse del vacío
en el que pare lágrimas de vaho
que terminan por ser nuestro vestido.
vigila una mirada agonizante
herida por despechos inconscientes
brotados de las fauces de la rutina.
para poder alimentarse del vacío
en el que pare lágrimas de vaho
que terminan por ser nuestro vestido.
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