domingo, 3 de noviembre de 2019

Potro

Otra vez el recuerdo ficticio
me ha clavado las espinas del insomnio
con la sublime precisión que solo puede alcanzar
algo gestado con calma
por el desasosiego.

El viento carga contra la noche
pero no consigue llevarse consigo
ni las nubes ni mi rabia
mientras la cama se convierte
en un potro de tortura imposible de cabalgar.

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