Por san Valentín se lo dijo con flores.
Las coronó con flores de otros, regadas con el llanto desgarrado por las sucias
uñas de la barbarie. Corazones atravesados por el filo de la maldad se cansaron
de parir sangre oxidada. Se encargó con su maldad de certificar la envenenada
promesa. Esta vez no se iba a olvidar de esa fecha. Nadie lo haría.
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