Quizá me han sobrado minutos y me haya
faltado tiempo. Ha habido travesías dolorosas, viajes redentores, zozobra
perenne y estatismo errático. He aprendido más de lo que supongo y he olvidado
menos de lo que me gustaría. He encontrado consecuciones bañadas en oro y
logros obtenidos en las minas de la perseverancia. He desgranado el racimo de
preguntas con la ansiosa cautela con la que siempre se debe tentar al afán.
Ahora hago balance solo para agitarlo y recordar que lo importante es con qué
hacerlo.
Poemas y relatos publicados semanalmente. Puedes ponerte en contacto conmigo escribiendo a mighergar@gmail.com
Aquí puedes comprar mi nuevo libro de relatos
lunes, 30 de diciembre de 2013
viernes, 27 de diciembre de 2013
Soga
Si he podido terminar colgado aquí es
porque en mi oficio, el mismo al que traicioné, nunca se debe menospreciar la
fuerza de lo nimio. Si esta primitiva soga puede sostener mi cuerpo es porque
el mayor peso que cargaba ha volado ya de él. Estábamos en el mismo lado, sí,
en el equivocado, y por eso pudo parecer inútil querer traspasar a cuchilladas
el parapeto que en él nos mantenía. Sin embargo, ahora que un frío y aséptico
guante de látex certifica mi liberación definitiva de esta mugrosa celda es
cuando sé que ya he alcanzado el otro lado, ese desde el que sí seré capaz de
escupir en tu conciencia hasta pudrirla.
lunes, 23 de diciembre de 2013
Errata
Una
errata, insignificante. La ausencia de una letra. La “y” de yerma, ese adjetivo
que tan rápido creció en mi débil desarrollo. Mi cuerpo es demasiado pequeño,
dicen, incluso aunque en él quepan tantas preguntas. Me falta algo, dicen, pero
yo sé que no son ni la sangre, ni los centímetros ni los cromosomas. Estudian
infatigablemente mi pequeñez y mis carencias, tal vez porque no pueden dudar ni
de mi grandeza ni de cuanto llevo dentro.
viernes, 20 de diciembre de 2013
Piel dura
—Desde aquí parece que
tienes la piel dura.
—¿Por qué dices eso?
—Porque aunque la mía
sea blanca como la mantequilla, es como si fuera una roca.
—¿Y eso cómo se
consigue? ¿Con buena alimentación y haciendo deporte?
—Estando orgulloso de
lo que haces hasta que nada pueda traspasarla para herirte.
lunes, 16 de diciembre de 2013
Carrusel
Hace
ya mucho tiempo que renunció a mirar el calendario. Los enfermos no tienen
domingos, como no tienen lunes ni viernes. La ventana se empeña en hacer pasar
los días con su carrusel de claroscuros, pero a él ya poco le importa. Ni
siquiera lo oculta cuando una o dos veces al mes recibe la visita de ese grupo, mezcla de personas cercanas y ajenas, más preocupadas por su testamento que por
su estado. Cuando se marchan, no consigue evitar maldecir el escaso
entendimiento que demuestran, puesto que mientras esperan su muerte para iniciar la rapiña
están desperdiciando el verdadero legado: todos esos días a los que ha
renunciado para dárselos a ellos.
viernes, 6 de diciembre de 2013
La línea recta
Me fascinan las señales. Contemplo una,
la retengo y quiero la siguiente. No sé si están repetidas, o si ya las he
visto antes. Solo quiero señales. Puede parecer extraño, pero te quiero porque
me das señales. Tú lo sabes, y por eso has tratado de darme las tuyas, sin
darte cuenta de que no es que no las entienda, es que no puedo verlas. Ahora
solo veo la línea recta.
lunes, 2 de diciembre de 2013
Opacidad
Ella fue la primera en atreverse a
cruzar la puerta, mientras él esperaba callado tras un segundo panel opaco. Al
cabo de un tiempo, medido por un reloj de necesidad, intercambiaron los puestos
sin mediar palabra. Cuando se sintió preparado para volver a verla sintió lo
mismo que había experimentado ella: nunca más serían los mismos, sino que
volverían a ser ellos.
viernes, 29 de noviembre de 2013
Muñecos
Pensáis que sois vosotros quienes jugáis
conmigo, pero cuando me pego al cristal veo que sois muñecos. Vuestra piel se
traduce cuando me separo de él y recobráis la desbocada movilidad de la que os
privo mientras modelo el mundo a mi antojo. Entonces vuelvo a cerrar mi mirada lo
máximo posible y cuanto queda dentro es mío. Verdaderamente mío. Porque solo
sois muñecos.
lunes, 25 de noviembre de 2013
Cáscaras
Llevaba un rato caminando cuando empezó
a notar que iba dejando tras de sí un reguero de fragmentos de un material
similar al de su propia anatomía. Inquieto, y algo aterrado, optó por frenarse y
darse la vuelta para recogerlos, con el fin de recomponer aquello que se
estuviera despedazando. Sin embargo, cuando llegó a verlos más de cerca decidió
retomar la senda inicial. Solo una mirada segura es capaz de distinguir los
trozos de las cáscaras.
viernes, 22 de noviembre de 2013
Golpes
Un movimiento fuerte de un brazo no se convierte en golpe si no impacta con nada. Por tanto, no se puede hablar de golpes bien dados, sino de golpes bien recibidos. Tener la cara lo suficientemente curtida como para recibir bien los golpes es un arte del que no todo el mundo puede presumir. Aunque nunca acaba de perfeccionarse, con el tiempo se puede mejorar mucho, hasta saber casi instantáneamente qué se ha aprendido de cada uno de esos golpes.
viernes, 15 de noviembre de 2013
Pronto
—¿Vendrás pronto?
Las lágrimas que le escocían por la cara le recordaban que ningún tiempo sería pronto.
viernes, 8 de noviembre de 2013
Destello
Miró al cielo y lo encontró como lo
buscaba: pétreo, grisáceo, implacable. Los últimos haces de luz habían quedado
censurados por su espesura. Sin embargo, había encontrado en esas nubes el
destello que tanto tiempo había anhelado.
lunes, 4 de noviembre de 2013
Torera
Se reían de ella cuando les decía que
quería aprender a ser torera. Lejos de lo que todos pudieran suponer, su única
aspiración era conseguir esquivar algún día las embestidas de esos enormes
animales cornudos.
viernes, 1 de noviembre de 2013
Necrópolis
Desde aquí abajo se os ve tan tristes
que dan ganas de levantarse a secar vuestras lágrimas. De hecho, no me
importaría hacerlo si no fuera porque reniego de los esfuerzos baldíos. Lo que
vosotros buscáis no es consuelo, es fe en vuestro arrepentimiento. Yo la tengo,
creedme, porque el mío es tan sincero como los vuestros. A mí también se me
reflejan en el mármol las oportunidades perdidas para haber abortado las causas
de ese arrepentimiento, y si no lloro como vosotros es porque la sabia muerte
confisca nuestros ojos para que ese reflejo no nos escueza eternamente.
lunes, 28 de octubre de 2013
Demasiados asientos vacíos para un vuelo low-cost.
OCUPADO
Demasiados asientos vacíos para un vuelo low-cost, y me tuve que enamorar de ti.
ALTO COSTE
Demasiados asientos vacíos para un vuelo low-cost. Ni siquiera aquí me voy a librar de pasarme dos horas rellenando los huecos con la distorsionada imagen de la persona que conformaba junto a mí lo que una vez fue un plural. Por favor, la próxima vez que me abandones recuérdame que la despedida no sea tan impúdicamente barata.
VICTORIA
Demasiados asientos vacíos para un vuelo low-cost. Me resultó inevitable preguntar a la azafata.
—¿Va a subir más gente?
—No. Además, este es el último vuelo de esta ruta. La crisis ha vencido.
Al principio pensé que se refería a una quiebra de la empresa, pero cuando los escasos pasajeros nos miramos entre nosotros entendimos que éramos los últimos que quedábamos por salir.
VUELO TRANQUILO
Demasiados asientos vacíos para un vuelo low-cost. A la compañía no le preocupa y a los viajeros tampoco. El dinero manchado de sangre, droga o mordidas no es tan tonto como para viajar en business.
(Microrrelatos publicados originalmente en la web del certamen "Getafe Negro".)
viernes, 25 de octubre de 2013
Resina
Tras
dejarlo una hora a 75 ºC, le aplicó monóxido y dióxido de carbono para que se
acabara de hacer. Dejó reposar el molde por la noche, y por la mañana se echó
dentro de él, sintiendo la inigualable caricia de la madera. Nada cura mejor
que ese fuego tan lento como interno.
lunes, 21 de octubre de 2013
Tienda
—Esta
tienda de campaña es ideal. Resiste muy bien el sol, la lluvia, el frío, el
calor, los mosquitos...
—No me acaba de convencer. Entra demasiado silencio.
viernes, 18 de octubre de 2013
Trampa
Llevaba un buen rato
charlando con ella y sabía que no se iba a atrever a preguntarle por el rasgo
en el que todos se fijaban.
—¿Sabes por qué llevo
un parche en el ojo?
—Pues… no. O sea, sí.
Vamos, lo supongo.
—No es por eso. A todos
nos toca ver cada día muchas cosas que nos disgustan, nos apenan y nos hacen
enfadar. Con unos ojos tan claros y limpios como los tuyos todas esas cosas se acaban filtrando hacia dentro. Lo que yo llevo aquí es una trampa para evitar
que se cuelen en mis entrañas.
Al volver a mirarle a los ojos ella advirtió el guiño
tras el trozo de tela negra.
lunes, 14 de octubre de 2013
Oferta
Inclinó
su mirada hasta perder de vista la pantalla y en ese momento comenzó a notar el
vacío. La mentira había dejado de ser suya justo cuando había empezado a
comprenderla.
viernes, 11 de octubre de 2013
Descarriado
(VERSIÓN LIBRE DE “IF” DE RUDYARD KIPLING)
Si
puedes permanecer impasible
cuando
ves que los demás pierden la cabeza.
Si
logras mantenerte inalterable
cuando
las dudas queman a quien te rodea.
Si
renuncias a aguardar lo inesperable.
Si
para avanzar te vales de las mentiras
y
ante la decepción te escudas en el odio.
Si
te crees tan bueno que todos te tienen por sabio.
Si
al despertar aún matarías por ese sueño.
Si
crees que tus creencias han de ser la única meta.
Si
intentas alcanzar el triunfo sin fracaso
y
ejerces de impostor al tener de frente a ambos.
Si
te regodeas con la armonía de tus palabras,
que
es empleada como arma para fines desdichados.
Si
te empeñas en custodiar lo que la vida te va dando
porque
temes que los demás lo destrocen con sus manos.
Si
en la entrada de tu casa vas colgando tus medallas
y
no dejas que se acerquen porque crees que así se empañan.
Si
al perder buscas atajos que te libren del comienzo
y
no permites que nadie te recuerde tus tropiezos.
Si
congelas tus músculos, tu corazón y tus nervios
y
has llegado a anestesiar a tus propios sentimientos.
Si
aguantaste todo eso cuando en ti todos creían,
todos
los que tan pequeños se veían desde la cima.
Si
hablas a la multitud del valor de tus virtudes
y
te codeas con los reyes que en común nunca han sentido.
Si
crees que ni tus amigos ni tus enemigos pueden herirte.
Si,
a fin de cuentas, nadie ha contado contigo.
Si
tus días se dividen en conjuntos de minutos
hechos
de segundos de orgullo, soledad y fama,
entonces,
tuyo será todo mi desprecio, y el de los que están conmigo.
Y,
lo que es peor, serás un mierda, hijo mío.
lunes, 7 de octubre de 2013
Cara a cara
He
esperado sola y en silencio durante dos eternas horas a que aparecieras. He
aceptado adaptarme todo el tiempo a las posturas que ordenabas. He mantenido
cada momento las distancias que te han venido bien. Te he abierto mi puerta
para que examinaras cuanto quisieras en mi interior, habitualmente
infranqueable. He resistido todos los envites incluso cuando has pretendido con
tus palabras minimizar el dolor real que estaba sintiendo, y para colmo ahora
te aproximas a mi rostro como nunca antes lo habías hecho. Ya no aguanto más.
Tienes suerte de que la anestesia local me atenace cuando intento besarte.
viernes, 4 de octubre de 2013
Láser
La
operación estaba durando mucho más de lo habitual y el ánimo de la bella doctora
comenzó a flaquear tras sobreponerse al asombro inicial. Volvió a repasar los
documentos del diagnóstico que ella misma había emitido la semana anterior.
Tanto las dos dioptrías de miopía del ojo derecho como la dioptría y media del
ojo izquierdo ya habían sido desterradas de los globos oculares del paciente,
pero bajo sus córneas seguía existiendo una insolente mancha. Abatida, la oftalmóloga
indicó a su ayudante que procediera al cierre de los puntos porque la operación
había concluido. El paciente mantendría el vicio en su mirada.
lunes, 30 de septiembre de 2013
Calco
—Haz lo que quieras,
aunque yo creo que te equivocas.
—Siempre que hago algo
que no te gusta dices que me equivoco.
—No es eso. Si te lo
digo es porque yo también tuve tu edad y pasé por lo mismo.
—Tuviste tu edad y
pasaste por tu vida. Yo paso por la mía.
—Precisamente eso es lo que quiero evitar. Que pases
por ella sin vivirla.
viernes, 27 de septiembre de 2013
En el suelo
Me
llamo como tú querías que me llamaran. Soy esa a quien no ves mientras el mundo
me contempla extasiado y, por qué no decirlo, un poco arrepentido. Nada sirve
para que te percates de mi verdadera imagen. Todos los esfuerzos que puedan
hacer por empujarte a que confieses el modo en que ellos creen que me concibes
serán baldíos. Déjame en el suelo, huye, y asume que tus manos nunca han sabido
leerme.
lunes, 23 de septiembre de 2013
Plomo
Estaba
perfectamente seguro de que había llegado el otoño porque el estómago le
comenzaba a saber a plomo. Nunca lo había probado, claro, pero solo con verlo
era capaz de detectar su gusto en esas paredes estomacales que se descerrajaban
poco a poco, disfrutando de la molesta lumbre que provocaban. Vio al sol hincar
la cabeza a través de la ventana y asumió que había llegado el momento de estar
más tiempo en ese lado, tan dentro de su casa como fuera de toda conexión con
las ilusiones que las dos estaciones anteriores habían ido difuminando ante sus
ojos. Unos lo denominaban hastío. Para otros era simple melancolía. Él prefirió
seguir llamándolo certeza.
viernes, 20 de septiembre de 2013
Vueltas
—No tiene sentido
seguir dando vueltas. Mejor paramos y buscamos alguien a quien preguntarle.
—De acuerdo.
Ella se quedó esperando
mientras él comenzó a caminar hasta que dio con una zona habitada. Se fue
cruzando con gente sin que ninguna de las personas le inspirara suficiente
confianza para entablar conversación. Después de tres calles, cuando el tráfico
se había despejado a su alrededor, miró al frente durante unos segundos y acto
seguido arrancó a correr intentando que su sonrisa no le impidiera respirar
profundamente. Al llegar, ella tuvo la certeza de que había dado con el camino.
Algunos abrazos se entienden muy pronto.
lunes, 16 de septiembre de 2013
Corte limpio
Tras media hora de limpieza
intensa, el filo estaba más que reluciente. Después de recibir el visto bueno
del verdugo, el ayudante no pudo evitar soltar la pregunta que se había estado
guardando toda la tarde.
—¿Por qué tenemos que limpiar con tanto énfasis ahora, si
en un rato va a quedar todo perdido y vamos a tener que limpiarlo todo otra vez
a fondo?
—El
cuerpo de ese hombre ya no va a seguir funcionando, pero esta guillotina sí
—respondió el verdugo—. Hasta el último instante tiene que quedar clara la
diferencia entre la limpieza de nuestros actos y la de los suyos.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
La hora de los gigantes
No le hizo falta seguir escuchando más. Después
de pasar tanto tiempo cobijada bajo la ignorante comodidad que aporta el candor
infantil supo que había llegado ese momento tan ansiado por unos como temido
por otros. No iba a ser un drástico instante, sino que aún quedaría un rato de
esfuerzo hasta adaptarse a esa situación tan nueva y desconocida. Se negó a
resistirse, consciente de que había sido ella misma la que se había llevado hasta
allí, y puede que ese arrebato de orgullo fuera la primera de las señales de la
transformación de su complacencia en voluntad. Por fin estaba convencida de
empezar a tratarse como lo que realmente era, y dedicaría a esa tarea todo el
tiempo que fuera necesario. No sería demasiado. Había llegado la hora de los
gigantes. (Continuará.)
Desenfoque
No
creas que te protege el parapeto de pomposos vestidos verde esmeralda y relucientes
zapatos de tacón cristalino. Ninguna mirada se resiste a volverse inversa ante
la mía. Pensarás que la inerte transparencia de tu cuerpo te otorga el
ilimitado derecho a aportar impunemente tu opinión acerca de cuanta belleza
desborda o anhela quien es juzgado, pero yo no voy a consentir que tengas el
atrevimiento de asumir como cierto el resultado de tu juicio. Si te ha
funcionado hasta ahora el truco de engañar a los incautos convenciéndoles de
que tú les muestras una imagen calcada de aquello que no alcanzan a ver con sus
ojos, aquí has pinchado en hueso, pues los míos abarcan mucho más de lo que ni
tú ni nadie podáis imaginar. ¡Ay, espejito de mierda! ¿Qué sabrás tú de mí?
(Publicada inicialmente en el blog de los talleres online de Playa de Ákaba)
Medias tintas
Se pasó una hora buscando el calcetín
rojo, obsesionado por completar el ying-yang de lana que tanta suerte le había
proporcionado en anteriores entrevistas laborales a pesar de ser un color
totalmente desaconsejado por cualquier experto en recursos humanos. Cuando se
encontró en el límite del retraso optó por coger un par de calcetines negros
del desmadejado cajón y ponérselos retorcidamente antes de calzarse los zapatos
para salir disparado al coche.
En el trayecto no
pensaba en otra cosa ni se planteaba, como haría la mayoría de la gente, cuáles
podrían ser las preguntas que le harían o de qué manera debería responder para
gustar al entrevistador. Su única preocupación era el paradero del calcetín
rojo. Sería quizá el cubo de basura de una de las pensiones en las que había
pernoctado recientemente, el bolsillo de alguna mochila poco escrutada o
simplemente el estómago de un voraz tambor de lavadora. Sea como fuere, lo
importante es que no estaba en su pie izquierdo. (Porque aunque los calcetines
nacen sin apellido estos se lo habían ganado, y el extraviado era el
izquierdo.)
Al comprobar que había
llegado a la dirección prevista aparcó y se atusó el cabello y la vestimenta
antes de cruzar la puerta. Tras ella le esperaba una chica de unos veinte años
que recogió sus datos y su curriculum y le invitó a aguardar sentado. Su mirada
se fijó en el negro techo de sus pies hasta que la joven volvió para indicarle
que cruzara a la zona en la que se realizaría la entrevista. Allí le aguardaba
un hombre mayor, barrigudo y con una melena algo intermitente pero bastante
digna para su edad. Tras unas primeras preguntas sobre la idea que tenía acerca
de la empresa y sobre su motivación para desempeñar el trabajo, el
entrevistador ojeó el currículum en silencio durante unos segundos y acto
seguido su tono adquirió una mayor gravedad.
—Usted tiene varios
años de experiencia en este puesto, ¿verdad?
—Sí, así es.
—Pues lo siento pero me temo que aquí no va a adquirir
ninguno más. En este circo nunca contrataríamos a un payaso que lleve
calcetines negros.
(Publicada inicialmente en el blog de los talleres online de Playa de Ákaba)
Harto de ser
Los
lascivos improperios que me dirige cuando paso delante de él son el único
vínculo que tengo con ese tipo. Sin embargo, eso es suficiente para saber que los
irregulares fragmentos de vidrio verdoso y la mirada de ese pobre perro fijada
sobre un horizonte que jamás ha conocido confirman la sinceridad de las
lágrimas de ese hombre que nunca ha sido nada y hoy, finalmente, se ha hartado
de ser.
(Publicada inicialmente en el blog de los talleres online de Playa de Ákaba)
El futuro del libro y del escritor
Si
algo nos ha enseñado este comienzo de siglo es que al futuro se llega a través
de un presente continuo vertiginoso que marca la brecha con el pasado en
períodos cada vez más cortos. La literatura no es ajena a esa permanente
adaptación al entorno, al igual que no lo son otros canales como la televisión,
la radio, el cine, la música o los videojuegos. Como las dificultades genéricas
de estos sectores tienen bastante en común con las del sector editorial
(piratería, crisis económica, cambio en los hábitos de consumo,…), puede que
comparar los avances en su evolución sirva de referencia para intuir cuáles
deberían ser los siguientes pasos que la industria editorial podría dar si
quiere mantener una buena posición en los próximos años.
La
televisión ya no es un medio tan predominante, pero sigue manteniendo grandes
cifras de seguimiento cuando ofrece contenidos exclusivos atrayentes, sean
estos series de renombre o espectáculos deportivos. Al mismo tiempo la
diversificación de cadenas ha demostrado que existen temáticas específicas con
un buen número de seguidores. La radio mantiene la fidelidad de un público que
busca contenidos propios del canal tales como radio-fórmulas, tertulias o
retransmisiones deportivas. La industria del cine ha sabido manejar inmejorablemente
las virtudes de una buena promoción de los productos ofrecidos, mientas que la
musical ha encontrado en la interacción con los artistas la manera de suplir la
profunda caída de ventas de discos. Por su parte, los fabricantes de
videojuegos han entendido que no debían ceñirse exclusivamente a las mejoras
técnicas y han mejorado la promoción y los contenidos de los juegos para
aportar una mayor sensación de interacción a los compradores.
Encontramos
listadas aquí algunas características que escritores y editoriales deberían
tener en cuenta para mantenerse a flote ante el cambio de tendencias del
consumo cultural: aportar contenidos mayoritarios de calidad y, al mismo tiempo,
saber encontrar un hueco viable para la diversidad temática; ofrecer productos
en los que se manifieste la valía exclusiva de la obra literaria; dar mayor
importancia a la promoción y a la interacción directa entre público y artistas
y, finalmente, primar el papel del lector destacando su interacción como agente
activo durante la lectura.
Por supuesto, por encima de todas estas coordenadas formales ha de estar la calidad del contenido, puesto que ahora y siempre el objetivo de todo escritor es que sus obras dejen en sus lectores una impronta imborrable, como sucedía al final de "Fahrenheit 451", independientemente del canal empleado para leerlas.(Publicada inicialmente en el blog de los talleres online de Playa de Ákaba)
Pequeña biografía para un porqué
Nació. En una palabra,
sí, pero pronto se dio cuenta de que no le bastaría solo con una. Por eso desde
que aprendió cómo se decían y, más tarde, qué decían, su vida estuvo siempre
dedicada a la relación con las palabras. Tanto en el colegio como en el
instituto las buscó por igual en las páginas de libros, en las pantallas de los
videojuegos y en las letras de canciones cantadas por esos grupos de aspecto y
mensajes diferentes. Su afán por entender y hacer entender aquellas palabras
que no conocía le empujó a estudiar la licenciatura de Traducción e
Interpretación, en un período en el que comenzó a darse cuenta de que la radio
y el humor gráfico también ayudarían a saciar su hambre de palabras.
Su carrera profesional
le llevó a abandonar su Salamanca natal para recalar en la cuna cervantina. En
Alcalá de Henares se dedicó a compartir sus palabras con estudiantes
norteamericanos hasta que sintió que aún debía completar su perfil y regresó a
su lugar de origen para cursar Comunicación Audiovisual. En esos años y aún un
tiempo después las ondas fueron sus aspersores para repartir palabras
relacionadas con muy diversos temas mientras pudo. Cuando dejó de hacerlo
emigró a Frankfurt am Main para dedicarse a velar por la certeza y la
corrección de las palabras mostradas en pantallas y videoconsolas portátiles,
labor a la que ha continuado dedicándose en los últimos tiempos en la
diametralmente opuesta Costa del Sol.
Tinta de novelas, color de viñetas, notas de
canciones, píxeles de videojuegos, cortes de la radio,… Siempre ansió y acaparó
palabras ajenas con un celo casi usurero, y ese mismo afán fue el que le empujó
a querer ser dueño de las suyas propias, primero lanzadas en impetuosos poemas
y más tarde maceradas con calma en forma de novelas, como muestra de lo que quiere reflejar compartiendo esas palabras que conforman la
más preciada de sus posesiones.
(Publicada inicialmente en el blog de los talleres online de Playa de Ákaba)
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