viernes, 30 de mayo de 2014

Bisagras

Solo nos percatamos de la existencia de bisagras cuando emiten un chirrido molesto o cuando nos pillamos los dedos con ellas. Si no hay problemas, si funcionan, se vuelven invisibles mientras se encargan de cargar y regular el peso de los elementos en transición a los que están inexorablemente unidos. La falta de fluidez en su movimiento o el inconsistente encaje de sus piezas son llamadas de atención tan útiles puntualmente como vanas pasado un tiempo. El largo plazo no tiene bisagras porque es una bisagra en sí mismo. Es la más trabajadora, consistente, tenaz, silenciosa, discreta y sufrida conjunción que existe, conformada a base de manos, palabras, abrazos, lágrimas, dientes apretados, toses, temblores de frío y cabezas gachas para soportar los bruscos vaivenes a los que vive abocado el inabarcable peso de nuestra existencia.

lunes, 26 de mayo de 2014

Noches gemelas

Mientras los viejos edificios son derruidos por vendavales de aire fresco y sus restos se depositan sobre sus podridos cimientos, yo solo puedo recordar aquella noche, gemela de esta, en la que ese impulso que acabé por marchitar te empujó a acordarte de mí.

viernes, 23 de mayo de 2014

Kilómetros

Un reguero de kilómetros se iba derramando tras ellos, trazando las líneas de un pentagrama perpendicular, oblicuo, tensado e intermitente, aunque altamente preciso. La intersección de dos mundos tan reales como ficticios conformaba una informe marejada eólica en la que eclosionaban pensamientos y recuerdos. Mientras tanto, sin apenas darse cuenta, estaban tejiendo los irrompibles eslabones de sus vidas.

lunes, 12 de mayo de 2014

Deletreando el asco

Mi mano siente pero no lo siente. Mi pecho descifra la circunstancia sin comprender el contexto. Mis ojos se arrepienten mientras los dientes rebañan un vacío atragantado. Mis pies me anclan a un tobogán inevitable. Mis oídos intuyen cientos de voces jaleando el desastre sin la instintiva ignorancia con la que yo, al menos, podré intentar protegerme.

viernes, 9 de mayo de 2014

Redil

Están en esa edad en la que una rebeldía de origen desconocido comienza a pasearse por su sangre y les empuja a querer diferenciarse, a copiar elementos de otros individuos para hacer con ellos una mezcla única con la que definirse e identificarse. Se mueven en grupo porque las circunstancias suponen un redil infranqueable, y nunca imaginarían que esa colectividad impuesta sería la que les otorgaría una importancia inesperada. Solos, solas, nada habrían sido, pero eso a la desgracia no le importa, porque salta de un cuerpo a otro para recordarles que, a pesar de lo que piense el mundo que les observa, seguirán siendo nada para siempre.

lunes, 5 de mayo de 2014

Generación Subway


Los que hace unos años salimos de pequeñas ciudades en las que apenas había unas líneas de autobuses urbanos y nos encontramos de lleno con grandes ciudades en las que el suburbano era un compañero imprescindible pertenecemos inevitablemente a la Generación Subway. A la Generación Metro. A la Generación U-Bahn. A ese grupo de gente que soñaba con que la boca de metro de la estación de llegada nos exhalara con tanta fuerza como para incrustarnos en el destino anhelado.
Con el tiempo descubrimos que no nos exhaló, ni siquiera nos escupió ni se molestó en vomitarnos. La boca de metro era un elemento más del entorno adornado constantemente por voraces cambios a su alrededor, pero que era tan pétreo como las escaleras por las que nos sumergíamos en sus desalmados intestinos. (Continuará.)

viernes, 2 de mayo de 2014

Indolentes

Somos indolentes porque el reto se termina al cruzar la línea. Participar colma nuestra ambición hasta sedarla. Conocemos contrariedades, no problemas. Siempre hemos vivido en el medio del cuadrilátero, sin haber necesitado jamás apoyar los hombros en las cuerdas. El olvido es para nosotros un ejercicio automático que no supone ningún esfuerzo. Nadie nos ha enseñado a distinguir el sabor de los logros. Somos tan indolentes que ni siquiera nos esforzamos por alcanzar la desidia.