Están en esa edad en la que una rebeldía
de origen desconocido comienza a pasearse por su sangre y les empuja a querer
diferenciarse, a copiar elementos de otros individuos para hacer con ellos una
mezcla única con la que definirse e identificarse. Se mueven en grupo porque
las circunstancias suponen un redil infranqueable, y nunca imaginarían que esa
colectividad impuesta sería la que les otorgaría una importancia inesperada.
Solos, solas, nada habrían sido, pero eso a la desgracia no le importa, porque
salta de un cuerpo a otro para recordarles que, a pesar de lo que piense el
mundo que les observa, seguirán siendo nada para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario