lunes, 30 de septiembre de 2013

Calco

—Haz lo que quieras, aunque yo creo que te equivocas.
—Siempre que hago algo que no te gusta dices que me equivoco.
—No es eso. Si te lo digo es porque yo también tuve tu edad y pasé por lo mismo.
—Tuviste tu edad y pasaste por tu vida. Yo paso por la mía.
—Precisamente eso es lo que quiero evitar. Que pases por ella sin vivirla.

viernes, 27 de septiembre de 2013

En el suelo

Me llamo como tú querías que me llamaran. Soy esa a quien no ves mientras el mundo me contempla extasiado y, por qué no decirlo, un poco arrepentido. Nada sirve para que te percates de mi verdadera imagen. Todos los esfuerzos que puedan hacer por empujarte a que confieses el modo en que ellos creen que me concibes serán baldíos. Déjame en el suelo, huye, y asume que tus manos nunca han sabido leerme. 

lunes, 23 de septiembre de 2013

Plomo

Estaba perfectamente seguro de que había llegado el otoño porque el estómago le comenzaba a saber a plomo. Nunca lo había probado, claro, pero solo con verlo era capaz de detectar su gusto en esas paredes estomacales que se descerrajaban poco a poco, disfrutando de la molesta lumbre que provocaban. Vio al sol hincar la cabeza a través de la ventana y asumió que había llegado el momento de estar más tiempo en ese lado, tan dentro de su casa como fuera de toda conexión con las ilusiones que las dos estaciones anteriores habían ido difuminando ante sus ojos. Unos lo denominaban hastío. Para otros era simple melancolía. Él prefirió seguir llamándolo certeza.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Vueltas

—No tiene sentido seguir dando vueltas. Mejor paramos y buscamos alguien a quien preguntarle.
—De acuerdo.
Ella se quedó esperando mientras él comenzó a caminar hasta que dio con una zona habitada. Se fue cruzando con gente sin que ninguna de las personas le inspirara suficiente confianza para entablar conversación. Después de tres calles, cuando el tráfico se había despejado a su alrededor, miró al frente durante unos segundos y acto seguido arrancó a correr intentando que su sonrisa no le impidiera respirar profundamente. Al llegar, ella tuvo la certeza de que había dado con el camino. Algunos abrazos se entienden muy pronto. 

lunes, 16 de septiembre de 2013

Corte limpio

Tras media hora de limpieza intensa, el filo estaba más que reluciente. Después de recibir el visto bueno del verdugo, el ayudante no pudo evitar soltar la pregunta que se había estado guardando toda la tarde.
            —¿Por qué tenemos que limpiar con tanto énfasis ahora, si en un rato va a quedar todo perdido y vamos a tener que limpiarlo todo otra vez a fondo?
            —El cuerpo de ese hombre ya no va a seguir funcionando, pero esta guillotina sí —respondió el verdugo—. Hasta el último instante tiene que quedar clara la diferencia entre la limpieza de nuestros actos y la de los suyos. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

La hora de los gigantes

No le hizo falta seguir escuchando más. Después de pasar tanto tiempo cobijada bajo la ignorante comodidad que aporta el candor infantil supo que había llegado ese momento tan ansiado por unos como temido por otros. No iba a ser un drástico instante, sino que aún quedaría un rato de esfuerzo hasta adaptarse a esa situación tan nueva y desconocida. Se negó a resistirse, consciente de que había sido ella misma la que se había llevado hasta allí, y puede que ese arrebato de orgullo fuera la primera de las señales de la transformación de su complacencia en voluntad. Por fin estaba convencida de empezar a tratarse como lo que realmente era, y dedicaría a esa tarea todo el tiempo que fuera necesario. No sería demasiado. Había llegado la hora de los gigantes. (Continuará.) 

Desenfoque

No creas que te protege el parapeto de pomposos vestidos verde esmeralda y relucientes zapatos de tacón cristalino. Ninguna mirada se resiste a volverse inversa ante la mía. Pensarás que la inerte transparencia de tu cuerpo te otorga el ilimitado derecho a aportar impunemente tu opinión acerca de cuanta belleza desborda o anhela quien es juzgado, pero yo no voy a consentir que tengas el atrevimiento de asumir como cierto el resultado de tu juicio. Si te ha funcionado hasta ahora el truco de engañar a los incautos convenciéndoles de que tú les muestras una imagen calcada de aquello que no alcanzan a ver con sus ojos, aquí has pinchado en hueso, pues los míos abarcan mucho más de lo que ni tú ni nadie podáis imaginar. ¡Ay, espejito de mierda! ¿Qué sabrás tú de mí?


(Publicada inicialmente en el blog de los talleres online de Playa de Ákaba)

Medias tintas

Se pasó una hora buscando el calcetín rojo, obsesionado por completar el ying-yang de lana que tanta suerte le había proporcionado en anteriores entrevistas laborales a pesar de ser un color totalmente desaconsejado por cualquier experto en recursos humanos. Cuando se encontró en el límite del retraso optó por coger un par de calcetines negros del desmadejado cajón y ponérselos retorcidamente antes de calzarse los zapatos para salir disparado al coche.
En el trayecto no pensaba en otra cosa ni se planteaba, como haría la mayoría de la gente, cuáles podrían ser las preguntas que le harían o de qué manera debería responder para gustar al entrevistador. Su única preocupación era el paradero del calcetín rojo. Sería quizá el cubo de basura de una de las pensiones en las que había pernoctado recientemente, el bolsillo de alguna mochila poco escrutada o simplemente el estómago de un voraz tambor de lavadora. Sea como fuere, lo importante es que no estaba en su pie izquierdo. (Porque aunque los calcetines nacen sin apellido estos se lo habían ganado, y el extraviado era el izquierdo.)
Al comprobar que había llegado a la dirección prevista aparcó y se atusó el cabello y la vestimenta antes de cruzar la puerta. Tras ella le esperaba una chica de unos veinte años que recogió sus datos y su curriculum y le invitó a aguardar sentado. Su mirada se fijó en el negro techo de sus pies hasta que la joven volvió para indicarle que cruzara a la zona en la que se realizaría la entrevista. Allí le aguardaba un hombre mayor, barrigudo y con una melena algo intermitente pero bastante digna para su edad. Tras unas primeras preguntas sobre la idea que tenía acerca de la empresa y sobre su motivación para desempeñar el trabajo, el entrevistador ojeó el currículum en silencio durante unos segundos y acto seguido su tono adquirió una mayor gravedad.
—Usted tiene varios años de experiencia en este puesto, ¿verdad?
—Sí, así es.
—Pues lo siento pero me temo que aquí no va a adquirir ninguno más. En este circo nunca contrataríamos a un payaso que lleve calcetines negros.

(Publicada inicialmente en el blog de los talleres online de Playa de Ákaba)

Harto de ser

Los lascivos improperios que me dirige cuando paso delante de él son el único vínculo que tengo con ese tipo. Sin embargo, eso es suficiente para saber que los irregulares fragmentos de vidrio verdoso y la mirada de ese pobre perro fijada sobre un horizonte que jamás ha conocido confirman la sinceridad de las lágrimas de ese hombre que nunca ha sido nada y hoy, finalmente, se ha hartado de ser.


(Publicada inicialmente en el blog de los talleres online de Playa de Ákaba)

El futuro del libro y del escritor

Si algo nos ha enseñado este comienzo de siglo es que al futuro se llega a través de un presente continuo vertiginoso que marca la brecha con el pasado en períodos cada vez más cortos. La literatura no es ajena a esa permanente adaptación al entorno, al igual que no lo son otros canales como la televisión, la radio, el cine, la música o los videojuegos. Como las dificultades genéricas de estos sectores tienen bastante en común con las del sector editorial (piratería, crisis económica, cambio en los hábitos de consumo,…), puede que comparar los avances en su evolución sirva de referencia para intuir cuáles deberían ser los siguientes pasos que la industria editorial podría dar si quiere mantener una buena posición en los próximos años.
La televisión ya no es un medio tan predominante, pero sigue manteniendo grandes cifras de seguimiento cuando ofrece contenidos exclusivos atrayentes, sean estos series de renombre o espectáculos deportivos. Al mismo tiempo la diversificación de cadenas ha demostrado que existen temáticas específicas con un buen número de seguidores. La radio mantiene la fidelidad de un público que busca contenidos propios del canal tales como radio-fórmulas, tertulias o retransmisiones deportivas. La industria del cine ha sabido manejar inmejorablemente las virtudes de una buena promoción de los productos ofrecidos, mientas que la musical ha encontrado en la interacción con los artistas la manera de suplir la profunda caída de ventas de discos. Por su parte, los fabricantes de videojuegos han entendido que no debían ceñirse exclusivamente a las mejoras técnicas y han mejorado la promoción y los contenidos de los juegos para aportar una mayor sensación de interacción a los compradores.
Encontramos listadas aquí algunas características que escritores y editoriales deberían tener en cuenta para mantenerse a flote ante el cambio de tendencias del consumo cultural: aportar contenidos mayoritarios de calidad y, al mismo tiempo, saber encontrar un hueco viable para la diversidad temática; ofrecer productos en los que se manifieste la valía exclusiva de la obra literaria; dar mayor importancia a la promoción y a la interacción directa entre público y artistas y, finalmente, primar el papel del lector destacando su interacción como agente activo durante la lectura.
Por supuesto, por encima de todas estas coordenadas formales ha de estar la calidad del contenido, puesto que ahora y siempre el objetivo de todo escritor es que sus obras dejen en sus lectores una impronta imborrable, como sucedía al final de "Fahrenheit 451", independientemente del canal empleado para leerlas.

(Publicada inicialmente en el blog de los talleres online de Playa de Ákaba) 

Pequeña biografía para un porqué

Nació. En una palabra, sí, pero pronto se dio cuenta de que no le bastaría solo con una. Por eso desde que aprendió cómo se decían y, más tarde, qué decían, su vida estuvo siempre dedicada a la relación con las palabras. Tanto en el colegio como en el instituto las buscó por igual en las páginas de libros, en las pantallas de los videojuegos y en las letras de canciones cantadas por esos grupos de aspecto y mensajes diferentes. Su afán por entender y hacer entender aquellas palabras que no conocía le empujó a estudiar la licenciatura de Traducción e Interpretación, en un período en el que comenzó a darse cuenta de que la radio y el humor gráfico también ayudarían a saciar su hambre de palabras.
Su carrera profesional le llevó a abandonar su Salamanca natal para recalar en la cuna cervantina. En Alcalá de Henares se dedicó a compartir sus palabras con estudiantes norteamericanos hasta que sintió que aún debía completar su perfil y regresó a su lugar de origen para cursar Comunicación Audiovisual. En esos años y aún un tiempo después las ondas fueron sus aspersores para repartir palabras relacionadas con muy diversos temas mientras pudo. Cuando dejó de hacerlo emigró a Frankfurt am Main para dedicarse a velar por la certeza y la corrección de las palabras mostradas en pantallas y videoconsolas portátiles, labor a la que ha continuado dedicándose en los últimos tiempos en la diametralmente opuesta Costa del Sol.
 Tinta de novelas, color de viñetas, notas de canciones, píxeles de videojuegos, cortes de la radio,… Siempre ansió y acaparó palabras ajenas con un celo casi usurero, y ese mismo afán fue el que le empujó a querer ser dueño de las suyas propias, primero lanzadas en impetuosos poemas y más tarde maceradas con calma en forma de novelas, como muestra de lo que quiere reflejar compartiendo esas palabras que conforman la más preciada de sus posesiones.

(Publicada inicialmente en el blog de los talleres online de Playa de Ákaba)