Hay drama en cada compás y comedia en
cada nota. Hay decepciones escupiendo los parches y locuras rebañando el
mástil. El pie de micro pisotea la ignorancia y el corazón aún no ha cogido
bien el tempo. El eco de tardes calladas retumba en nuestra rutina hasta que
calmamos con ritmo las úlceras en la esperanza. La fama es esa diosa de la que
nos reímos con la boca pequeña mientras se deslizan por nuestras mejillas las
migajas de un aplauso. Brindemos sin que nos importe que solo somos marionetas
guiadas por las entrañas.
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