Lanzamos una carta por la terraza del abismo
y nos devolvió un dorso decepcionado.
Bailamos para espantarlo,
pero solo conseguimos atraerlo aún más.
La magia estaba de baja aquella noche,
pues no vino a consolar nuestros párpados.
Hasta que la música sonó más alta
para hacernos recordar que tenemos huesos,
carne y sangre para movernos,
cerebro para levantarnos,
aire con el que transferir risas
y miradas para vernos más fuertes.
y nos devolvió un dorso decepcionado.
Bailamos para espantarlo,
pero solo conseguimos atraerlo aún más.
La magia estaba de baja aquella noche,
pues no vino a consolar nuestros párpados.
para hacernos recordar que tenemos huesos,
carne y sangre para movernos,
cerebro para levantarnos,
aire con el que transferir risas
y miradas para vernos más fuertes.
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