te das cuenta de
que es el momento
de frenar la
hemorragia
de horas
perdidas.
Seguirán
goteando, sin duda.
Sin embargo, si
logras atraparlas
antes de que lleguen
al suelo
las devolverás a
su hábitat.
Para ello solo
hay un remedio.
Encuentra unos
ojos
que te venden con
palabras
impregnadas de
aire fresco.
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