en ese espejo de
vapor.
Se derriten los
segundos
hasta perfilar
el cansancio.
El precipicio
que viene corriendo
tiñe el cabello
de urgencia.
¿Cómo no temer
al momento
en el que las
agujas serán guadañas?
La frontera del
arrepentimiento
mira de reojo
confiada.
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