martes, 24 de febrero de 2015

Temblor

¿Qué pasaría si la tierra nos tragara de repente, sin masticarnos como debería? ¿Lograríamos hacer que se atragantara y nos escupiera de vuelta? ¿Podría digerirnos de una sola pieza, librándose de padecer acidez o remordimiento? ¿Extraería algo de alimento de nosotros o nuestra sabiduría jamás llegaría a colarse entre la savia que se pasea por sus entrañas? ¿Tendría la misma piedad de nuestros huesos que la que demuestran los ataúdes? ¿Cuánto tardaríamos en convertirnos en la ceniza de una llama súbitamente apagada? Y, lo que es más importante, ¿nos permitiría darnos la mano cuando todo temblara? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario