Se difumina bajo una lluvia inerte
la antorcha de lo que hace tiempo prendió.
Ninguna gota logra apagarla
mientras sigue cauterizando
las sobras de nuestro dolor.
Se desvanece detrás de la niebla
el horizonte al que fuimos a soñar.
Ninguna sombra consigue borrarlo
mientras continúa alumbrando
los fragmentos de nuestra ilusión.
la antorcha de lo que hace tiempo prendió.
Ninguna gota logra apagarla
mientras sigue cauterizando
las sobras de nuestro dolor.
el horizonte al que fuimos a soñar.
Ninguna sombra consigue borrarlo
mientras continúa alumbrando
los fragmentos de nuestra ilusión.
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