domingo, 3 de marzo de 2024

Acarreo

En el acarreo donde se balancean los atardeceres
es inevitable perder algún jirón de olvido.
Los baches nunca duermen en colchones mullidos
y suelen resquebrajar algún suspiro en su caída.
 
Las transiciones siempre provocan algún mareo
incluso cuando no hemos visto venir las olas.
Su empuje nos devuelve contra las costas
en las que boquean esperanzas asfixiadas.
 
Dentro del movimiento hacia nuevos escenarios
resulta imposible poder frenar a tiempo.
Las encendidas marcas sobre la calzada
escriben el camino de los siguientes pasos.

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