El peso de los adioses
deformados por las afiladas uñas del dolor
me hace vencerme
y tener que sudar lágrimas
que ya ni sé cómo fabricar.
deformados por las afiladas uñas del dolor
me hace vencerme
y tener que sudar lágrimas
que ya ni sé cómo fabricar.
Trato de poner orden
en las paralelas que se desvanecen
a medida que te invade
ese tozudo vacío
que acabará por devorarnos.
Solo espero que la noche
cumpla con sus promesas veladas
hasta acunar nuestros miedos
y lograr que por lo menos
respeten el sueño quebrado.
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