Acostumbrados a quemar calendarios
para tener algo que ilumine el camino
por el que transitan en carriles opuestos
dudas y certezas que nunca chocarán.
para tener algo que ilumine el camino
por el que transitan en carriles opuestos
dudas y certezas que nunca chocarán.
Desesperados por encontrar el sitio
del que huir la próxima vez
cuando hallemos el fondo del ruido
que nos aconseja en cada amanecer.
Condenados a tallar otros pasos
en la niebla del siguiente escalón
mientras la culpa gotea a nuestra espalda
borrando las huellas de lo que no ocurrió.
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