Borrascas de lluvia perenne
desgastan los muros de paciencia,
erosionando en silencio
el grito al que dan de comer.
A punto de rebosar
las paredes del pozo invisible
en el que se almacena escondida
la rabia que busca un postor.
Los diques salen corriendo
ante los cantos de sirenas
que prometen recompensas
disfrazadas de ardientes venganzas.
Se ahogará la tempestad
contra su propio reflejo
anegando de bilis
el camino de huellas marchitas.
desgastan los muros de paciencia,
erosionando en silencio
el grito al que dan de comer.
las paredes del pozo invisible
en el que se almacena escondida
la rabia que busca un postor.
ante los cantos de sirenas
que prometen recompensas
disfrazadas de ardientes venganzas.
contra su propio reflejo
anegando de bilis
el camino de huellas marchitas.
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