Sísifo perdido en el sendero de las hiedras
buscando el motivo de su carga perenne.
Cielos que enrojecen de vergüenza malherida
en atardeceres que no pueden respirar.
buscando el motivo de su carga perenne.
Cielos que enrojecen de vergüenza malherida
en atardeceres que no pueden respirar.
Maratones de cristales y clavos
relucen en pérfidas alfombras rojas.
Odas a batallas en las que no hubo testigos,
solo víctimas caídas por azar.
Cosechas de grietas y sal
para un trueque sin beneficios.
Pisadas que se pierden en el lodo de la bruma,
nunca serán pasos hacia atrás.
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