Despistados por la falta de claridad
en las noches estrelladas,
cuando al cielo le dio por faltar
a la cumbre donde se decidió
refugiarse en la nada.
Aturdidos por la intensidad
de susurros de rabia,
emitidos al borde del sol
el día en el que al calor
le faltaron las ganas.
Rebatidos por la saciedad
de hambres desterradas,
persiguiendo destellos de mar
tras la senda fugaz
de cada madrugada.
en las noches estrelladas,
cuando al cielo le dio por faltar
a la cumbre donde se decidió
refugiarse en la nada.
de susurros de rabia,
emitidos al borde del sol
el día en el que al calor
le faltaron las ganas.
de hambres desterradas,
persiguiendo destellos de mar
tras la senda fugaz
de cada madrugada.
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