Muros
construidos con el aire derramado
que nadie pudo controlar.
Límites trazados por el dedo ciego
que derrama inconsciencia al señalar.
que nadie pudo controlar.
Límites trazados por el dedo ciego
que derrama inconsciencia al señalar.
Habitantes de unas urbes condenadas
que se rasgan sus fronteras.
Moradores de un presente intoxicado
que se niega a caducar.
Esperanzas emigrando silenciosas
hacia corduras sin pasaporte.
Ruinas instaladas en gritos invisibles
agarrándose a pulmones abatidos.
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