reconoceremos nuestro pasado
como algo verdaderamente nuestro,
tan verdadero como las heridas
donde se mezclan oxígenos limpios y
sucios.
Cuando todo esto acabe
acabaremos por darnos cuenta
de todos los matices de una realidad
que se empeña en ponernos a prueba
con matices disfrazados de urgencia.
Cuando todo esto termine
terminaremos por admitir el despertar
de empujes y rabias,
de luchas y caídas
como antídoto frente a las pesadillas.
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