de un cielo que
se purga con desidia.
Asumimos que es
maná adulterado,
lo devoramos con
la fruición del inconsciente.
Vivimos cautivos
en redes regurgitadas
donde se balancea
con elegancia el desorden.
Cada hora nos
sentimos salpicados
por dolores que
no quieren ser huéspedes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario