al calor de la
oscuridad zalamera.
Quiero seguir
valiendo
el domingo por la
tarde
cuando la luz nos
dé de frente
lavando nuestras
ambigüedades,
reflejando
nuestros defectos
y recitándonos el
nombre
de cada una de
nuestras heridas.
Me gustaría
permanecer el lunes por la mañana
sin que la rutina
devore tu olor de esperanza.
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