El escenario se vistió de silencio y
todo a su alrededor se difuminó súbitamente. Acababa de certificar el hallazgo
más valioso. Sus caricias estaban tejidas con esperanza, sus besos tenían la
fragancia de jazmines recién brotados y en sus ojos encontró el sabor del más
exquisito manjar tropical. Después de tantos años de exploración por fértiles
junglas y terrenos inhóspitos estuvo seguro de haber encontrado el verdadero
tesoro.
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