Rebanamos los pétalos de la debilidad
y llovieron sobre suelos hastiados
de recibir puñaladas en forma de pasos
que no van a ninguna parte.
Confeccionamos ramos de algas
regadas por la aridez del silencio
en medio de un bullicio ficticio
que nos hizo creernos salvados.
Envolvimos las manos vacías
con espinas de tallos obtusos
aferrados a barrotes mutantes
que nos siguen hasta cada amanecer.
y llovieron sobre suelos hastiados
de recibir puñaladas en forma de pasos
que no van a ninguna parte.
regadas por la aridez del silencio
en medio de un bullicio ficticio
que nos hizo creernos salvados.
con espinas de tallos obtusos
aferrados a barrotes mutantes
que nos siguen hasta cada amanecer.