Rasgas el vacío
al pasar la mano por las cuerdas
convertidas en sogas
por las que te deslizas hacia el precipicio
donde te esperan espejismos de luz.
Aprietas con fuerza
las teclas que solo te devuelven un silencio
transformado en voces
que te invitan a gritarle a la soledad
de la forma más obtusa.
al pasar la mano por las cuerdas
convertidas en sogas
por las que te deslizas hacia el precipicio
donde te esperan espejismos de luz.
las teclas que solo te devuelven un silencio
transformado en voces
que te invitan a gritarle a la soledad
de la forma más obtusa.
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